Sin líderes políticos claros, el paro nacional deriva en una movilización sin precedentes en Colombia. Entre los diversos motivos de las protestas están los escándalos de corrupción, militarización, incumplimiento a los acuerdos de paz, destrucción del medio ambiente, desempleo, paquete de medidas neoliberales y situación generalizada de estallido social. Las marchas se caracterizan por ser pacíficas, pero el Estado responde con un uso de la fuerza excesivo, tanto de la Policía como del Escuadrón Móvil Antidisturbios, medidas autoritarias como el toque de queda o ley seca, y expresiones de vigilantismo e infiltración de las manifestaciones en ciudades como Cali y Bogotá. Iván Duque y su gobierno se niegan al diálogo.