El gobierno salvadoreño aprueba una prórroga del Estado de Emergencia sin candados legales claros, por cuatro días más, en un ejercicio profundamente polarizado entre la Asamblea Legislativa y el Órgano Ejecutivo. Hay un incremento del discurso de odio y utilización del Ejecutivo de figuras de polarización (“ellos”, “nosotros”), e inseguridad jurídica por ausencia de coordinación entre órganos del Estado con una marcada tendencia autoritaria desde el Ejecutivo.