Después de varias declaraciones públicas del presidente, Jair Bolsonaro, en las que ha desprestigiado el sistema electoral brasileño y ha levantado sospechas de fraude, el Tribunal Superior Electoral (TSE) fijó un plazo de 15 días para que Bolsonaro presentara pruebas de ese supuesto proceso fraudulento. Ante esta petición, el presidente afirma que no tiene que presentar pruebas a nadie —solo “si quiero”.